«Se estudia para la vida no para la escuela». Mientras la escuela tenga durante muchos años separados los dos sexos, no podrá seguramente educarlos teniendo en cuenta la vida que los espera, en la cual tanto colaboran el hombre como la mujer siguiendo las leyes de la naturaleza. Mientras no sea un hecho la escuela mixta en su verdadero y mejor sentido, no existirá la escuela en donde se aprenda a conocer la vida. Por esto creo que no debe haber escuelas de varones y escuelas de niñas, sino una sola verdadera escueia mixta en donde los niños de ambos sexos y de todas clases sociales puedan tener la confianza, el respeto y la simpatía reciproca que algún día hagan posible su benéfica colaboración en la familia y en el Estado.