Estoy sentada ante el escritorio que se les brinda a las “visitas” en el Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de Historia que dirige el Dr. Luis E. Valcárcel. Desde la mesa, la imagen triplicada del “Incap quipocnin capac, secretario del Ynga y su consejo”, me mira simultáneamente desde las ediciones de París, de Posnanski y de Bustios Gálvez, de la Nueva crónica y buen gobierno por don Felipe Guarnan Poma de Ayala. Este es mi tercer viaje a Lima. Seguramente esta mesa que comenzó por recibirme^ como a visita, me ha aceptado ya con cierto carácter de permanencia.