Ha pasado algo más de un cuarto de siglo desde la aprobación de la Convención de Belém do Pará (en adelante, la Convención) y en Chile la violencia contra las mujeres, en sus más diversas formas, sigue sin que se hayan observados cambios importantes ni se indique una tendencia a la baja en las estadísticas que se llevan sobre los tipos de violencia hacia las mujeres, pese a la legislación que se ha promulgado a partir de la Convención.
El presente artículo pretende responder a por qué ha sucedido ello.