Fijando nuestro norte en la protección de los derechos de las mujeres planteamos vincular al cuerpo notarial –principalmente en su rol asesor– como una pieza clave en la prevención de la violencia contra las mujeres.
El notariado, en el ejercicio de su función pública, debería ocupar un papel fundamental en la detección de desigualdades de género, convirtiéndose en una herramienta eficaz para la prevención de las violencias contra las mujeres (principalmente la económica o psicológica) y contra personas LGTBI+.
Para cumplir esta función preventiva, el notariado debe aceptar el reto de comenzar a percibir la realidad desde la órbita de la perspectiva de género.