La expansión de las plantaciones forestales en la región sur de América Latina tuvo un auge a partir de principios de la década de los 90, cuando actores internacionales como el Banco Mundial y la FAO impulsaron a estos países a formular políticas forestales que tuvieron como objetivo la creación de un polo celulósico en la región. El presente trabajo tiene como objetivo analizar, mediante la metodología de process tracing el conflicto ambiental que surge por la instalación de dos pasteras sobre el Río Uruguay e identificar los actores involucrados, principalmente al Banco Mundial (actor internacional) y a las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones (actores nacionales), y caracterizar sus posturas, analizando sus acciones y su repercusión en el sector. Los resultados nos permitieron entender las decisiones que tomaron los gobiernos provinciales mediante el entendimiento de las características federales del funcionamiento del país, así como también las influencias que ejercen sobre el sector los organismos internacionales como el Banco Mundial. La compleja trama de intereses que intervinieron durante el conflicto puso en relieve la falta de capacidad de la Argentina, en su conjunto, para poder manejar problemas de este tipo, derivando en el desacuerdo entre las partes involucradas.