Estudiar procesos migratorios implica centrarse en un objeto de por sí esquivo. Las fuentes que registran a las poblaciones migrantes tienden a hacerlo con propósitos cuantitativos: censos, registros parroquiales y civiles conforman sus rastros más evidentes. Por esta razón, la propuesta de un abordaje cualitativo implica construir una mirada original que alumbre aquellas trayectorias con nuevas preguntas. Lazos rotos. La inmigración, el matrimonio y las emociones en la Argentina entre los siglos XIX y XX, de María Bjerg, logra este propósito articulando al menos tres dimensiones. Por un lado, se vale de los aportes conceptuales de la historia de las emociones, un campo de estudios que, aunque ha crecido de manera sostenida en los últimos años, registra un desarrollo aún incipiente en Argentina. Por otro, recurre a un fondo documental escasamente trabajado para el tema, las fuentes judiciales. Finalmente, articula en su mirada una perspectiva de género que le permite mostrar el carácter desigual en el tratamiento de los sujetos frente a la justicia, así como los matices de sus repertorios afectivos.