Amorós define asi la gimnástica: «la ciencia razonada de nuestros movimientos, de sus relaciones con nuestros sentidos, nuestra inteligencia, nuestros sentimientos, nuestras costumbres y el desarrollo de todas nuestras facultades». Lo que antes se había considerado como una ciencia problemática, Amorós asienta y fija los principios de una verdadera ciencia, posición que aprovechan poco después Ling en Estockolmo y Jahn en Berlín, pero que procedía de ese imponente Iverdún que tanto admiraba Amorós y por cuya expansión tanto hizo. Como á toda ciencia le pedimos el objeto, el fin, los medios y resultados.