Los antiguos llamaban mola hidatiforme a una masa carnosa que se desarrollaba en el útero y que luego era expulsada; confundían por lo tanto restos placentarios detenidos, fibromas o fibromiomas, pólipos e infinidad de afecciones que traen como consecuencia un desarrollo del útero o neo-formaciones dentro o en las paredes del mismo, con lo que en realidad - luego se llamó mola hidatiforme o vesicular. Más tarde se vieron obligados a diferenciar las falsas de las verdaderas, reservando dicho nombre al desarrollo en el útero de vesículas cuya patogenia fué por mucho tiempo desconocida.
Hipócrates y Galeno ya la conocían y creían que esta enfermedad se debía a "una falta de virtud en el semen" o a una menstruación super abundante basándose precisamente en este signo es que llegó a decir en una de sus obras que las mujeres atacadas de esta enfermedad tienen metrorragias y que si éstas se moderan o cesan la mujer cura o mejora sinó la metrorragia sí hace perecer; identificándola además por el desarrollo del vientre, falta de movimientos fetales y ausencia de leche en las mamas.