Si pensamos en cualquier escenario político actual, las representaciones masculinas siguen siendo predominantes, aun habiendo tenido a dos mujeres en la presidencia de nuestro país, otras en cargos políticos de importancia, un fuerte movimiento feminista que ha luchado por la igualdad en todas las esferas de la sociedad y que obtuvo avances significativos en el terreno político. Listas de partidos, gabinetes gubernamentales, cámaras de senadores, de diputados, sindicatos, gobernaciones, intendencias; las mujeres continúan teniendo una participación minoritaria, cuantitativa y cualitativamente, en la política.
Ahora bien, si nos situamos más de 70 años atrás, ¿cuál era el lugar de las mujeres en ese entonces? ¿Cuáles eran sus posibilidades? ¿Qué oportunidades laborales, de vida, de estudio, podías tener siendo mujer? Las respuestas son bastante acotadas: maestra y/o universitaria si tenías determinado status social y el apoyo necesario, y si pertenecías a la clase trabajadora tu futuro posiblemente no iría más allá que ser madre, esposa, ama de casa u obrera. Fue allí, en ese contexto extremadamente adverso y complejo, que Eva Duarte de Perón, y miles de mujeres más, conformaron cuadros de poder político sin precedentes en la región ¿Dónde quedaron esas mujeres? ¿En dónde están escritos sus nombres? ¿Quiénes fueron? Se hace la Evita. Las otras primeras damas peronistas libro compilado por Carolina Barry y publicado por Omnívora Editora nos cuenta la historia política y biográfica de algunas de ellas, de esas otras primeras damas, esas “Evitas” que multiplicadas por todo el país y siguiendo el ejemplo de la persona que les dio la oportunidad de llegar -o siquiera de pensar- en acceder a un lugar de influencia y poder, ocuparon espacios impensados hasta entonces.