El interés por el uso del termotratamiento como técnica de mejora de las propiedades físicas, mecánicas y de durabilidad de la madera, data desde hace varias décadas y actualmente ha cobrado interés debido principalmente a la escasez de maderas resistentes al biodeterioro y con características tecnológicas (físico-mecánicas) apropiadas, como así también a la demanda de procedimientos alternativos y amigables con el medio ambiente para la mejora de dichas propiedades. Esto además, sumado a la creciente demanda de materiales constructivos sostenibles en general. Objetivo del trabajo: aplicar tratamientos de termo-modificación a la madera de Populus x canadensis ‘I-214’ como alternativa menos nociva para mejorar su resistencia al ataque de agentes bióticos de deterioro. Se trabajó con probetas dimensionadas según lo establecido en la norma UNE 56528:1978. Los ensayos de biodeterioro fueron realizados atendiendo a los procedimientos indicados en las normas CEN/TS 15083-1:2005 (durabilidad frente a hongos xilófagos) y EN 117:2012 (durabilidad frente a termitas). De acuerdo con ello, fue evaluada la resistencia del material expuesto a la cepas de pudrición castaña: Coniophora puteana; pudrición blanca: Trametes versicolor y a la acción de termitas: Reticulitermes grassei. Para la realización del termotratamiento se trabajó con 4 temperaturas (80, 120, 160 y 200°C) combinadas con 4 tiempos (45, 90, 135 y 180 minutos); paralelamente se trabajó con madera sin termotratar como material testigo. Resultados obtenidos: frente a hongos de pudrición castaña, la madera experimentó un porcentaje de pérdida de peso, Pp (%), descendente con el aumento de la temperatura. En cuanto al tiempo de exposición, las Pp (%) fueron estadísticamente inferiores cuando el material estuvo expuesto durante 135 minutos.
Frente a hongos de pudrición blanca y de termitas, el único factor influyente en la bioresistencia fue la temperatura. Asimismo, para los hongos de pudrición blanca no pudo evidenciarse un comportamiento homogéneo en la evolución de las Pp (%) con los rangos de temperaturas empleados, mientras que para termitas, a 80°C se evidenció una tasa de supervivencia TS (%) superior con respecto a las otras temperaturas. En términos generales estos comportamientos podrían estar vinculados a la degradación de la lignina en el caso de los hongos de pudrición blanca, a la menor concentración de grupos hidroxilos con capacidad de absorber agua en el caso de los hongos de pudrición castaña y a la mayor disponibilidad de humedad que presenta la madera a bajas temperaturas, para la supervivencia de las termitas.