Cuando hablamos de gestionar, una idea fuertemente instalada la relaciona con el plano del “hacer”, de activar cosas. Quienes gestionan, suelen abocarse a conseguir, coordinar, asignar, distribuir y/o administrar recursos orientados a un fin o acción concreta, Dicha así, esta primera dimensión del concepto propuesta por Chiara y Di Virgilio (2009), se presenta más o menos sencilla.
Sin embargo, cuando pensamos en gestionar en vínculo con nuestras instituciones estatales (ya sea nacionales, provinciales o municipales, con la diversidad de realidades que cada una de ellas representa), gestionar supone una labor compleja, y no sólo porque los recursos que se necesitan suelen ser escasos y/o discontinuos o no siempre los más adecuados, sino porque las características de lo que se pide atender o concretar cuando se acude al Estado, suele ser interpretado y releído por muchos sujetos, organizaciones, grupos, territorios.
Tanto quienes intervienen en su realización cotidiana (es decir, las y los trabajadores del Estado); como quienes son alcanzados por estas gestiones (es decir, las y los sujetos destinarias/os de las intervenciones gubernamentales), tienen opiniones y posiciones más o menos tomadas respecto de los asuntos en juego.
La presente ficha de cátedra propone una aproximación al concepto de gestión, los recursos críticos que exige poner en juego y las particularidades de su ejercicio en espacios de articulación socio-estatal..