La teoría de la enunciación recoge de Bajtín (1979) su concepción dialógica del lenguaje. El estudio del fenómeno de la subjetividad propuesto por Benveniste (1966, 1974) y desarrollado por Ducrot (1980, 1984) y Kerbrat Orecchioni (1980) se integra también en los planteamientos textuales de Adam (1990, 1992). En este sentido, aspectos de la construcción del sujeto discursivo y de la inscripción del sujeto en sus enunciados, como la modalización y la polifonía, han contribuido a delimitar el modo en que determinados elementos de la lengua manifiestan tanto el grado de implicación de Enunciador y Enunciatario como la orientación argumentativa que adquieren los enunciados al conectarse entre sí en la secuencia discursiva.