El objetivo de mi Trabajo Integrador Final busca analizar las transformaciones de los usos sociales de la fotografía en su devenir tecnológico/social desde inicios de 1990 hasta 2018 en un grupo de entrevistados jóvenes-adultos habitantes de La Plata.
La incorporación de las dimensiones culturales a los estudios de comunicación marcó un antes y un después en el que se pasó de estudiar los efectos de los medios masivos a internarse en los entramados culturales como otro espacio en el que se realizan prácticas comunicacionales (Saintout, 2003). En adelante, las diversas definiciones de cultura y todo lo que se considere como un acto cultural, tiene alguna relación con la comunicación.
Si bien la comunicación no abarca absolutamente todo, sí atraviesa y es atravesada por las distintas prácticas culturales "ese mundo de símbolos que los seres humanos elaboran con sus actos materiales y espirituales" (Schmucler, 1984). Es entonces que me propongo ahondar en esta dimensión cultural/comunicativa pensando en comprender una de las prácticas más cotidianas que realizamos, la fotografía.
Desde su aparición en 1839, la fotografía ha modificado los modos en que vemos el mundo y ha ido creando una cultura de lo visual en la que todo lo que alguna vez resultó pasajero empezó a poder congelarse y materializarse, convertirse en un objeto, coleccionable y de producción barata. Entender la fotografía como un acto comunicativo/cultural es comprender que no sólo se trata de las mejoras técnicas de las cámaras, de lo analógico a lo digital, la mejoras en las posibilidades de almacenamiento, los avances en calidad de imagen. También, se trata de entenderla como un uso social, la fotografía se usa de distintas maneras, se la carga de diversos sentidos, habilita diferentes prácticas y el avance tecnológico participa de la modificación de muchos de sus usos.
El carácter reciente de la historia de los medios (y en particular de la fotografía) abre la posibilidad de explorar fuentes orales que resultan enriquecedoras debido a que se toma en consideración a los sujetos sociales antes "invisibles" para la historiografía convencional y dominante. Recuperar las historias orales es una herramienta que nos permite acceder a aquellos hechos o momentos del pasado que no se encuentran en textos escritos pero sus protagonistas aún puede relatarlo.
Es entonces que mediante una serie de entrevistas en profundidad y semi estructuradas pretendo relevar las historias de vida de jóvenes adultos de entre 25 y 30 años. Las mismas consisten en un recorrido a lo largo de sus recuerdos desde su infancia hasta la actualidad con los usos de la fotografía como hilo conductor, haciéndonos eco de los avances tecnológicos así como de los usos de la tecnología asociada a la fotografía, redes sociales y modos de compartir y socializarlas.