La creencia en el progreso, esto es la idea de que “la civilización se ha movido, se mueve y seguirá moviéndose en la dirección deseable ( . . . ) como algo necesario y seguro”, ha tenido manifestaciones muy diversas.
Dejando de lado los orígenes renacentistas de tal teoría en el seno de la polémica entre antiguos y modernos, y su posterior desarrollo a lo largo de los siglos XVII y XVIII, queremos aquí mostrar la modalidad que la misma adopta como teoría cientificista del progreso en la exposición que de la misma hace un pensador argentino perteneciente a la generación de 1880; nos referimos a Florentino Ameghino.