La Revolución Cubana triunfante en 1959 marcó un antes y un después en las estrategias para la toma del poder por parte de las organizaciones revolucionarias en Latinoamérica. La "teoría del foco" puso el acento en el desarrollo de una organización militar clandestina por sobre la organización política del pueblo. A través de sus acciones, esta pequeña estructura debía transformarse en vanguardia e ir aglutinando al resto de los sectores populares hasta conformar un verdadero ejército. Montoneros tomó muchas de las nuevas ideas, y nació como organización altamente clandestinizada. La similitud entre algunos de sus principios y los que provenían de Cuba eran sorprendentes, entre ellos la necesidad de un mando unificado político y militar y la supremacía estratégica de la lucha armada por sobre el resto de las luchas. John William Cooke había operado en gran medida de puente entre la Revolución Cubana y el peronismo. El desarrollo alcanzado por Montoneros a partir de una determinada estrategia para influir en los frentes de masas tuvo bastante que ver con las ideas implementadas dentro de esta línea, aunque su declaración de fe peronista le planteaba desafíos de díficil respuesta, sobre todo en el mediano plazo.