La clasificación tradicional de los mosquitos se basa en la observación de ciertas características que son distintas entre especies, desde las escasas observables en siglos pasados como, diferencias estructurales o de revestimiento, colores, presencia o ausencia de manchas de escamas o grupos de cerdas, etc., hasta los 73 caracteres para estudios filogenéticos tomados por Harbach y Kitching (1998) o los 335 caracteres que toman Reinert et al. (2009) para el disgregado del género Aedes, ambos para larva, pupa, adultos y sus genitalias e incluyendo el hábitat de los estados inmaduros. Al respecto se recuerda que la terminología actual en lo que respecta a los nombres dados a las diferentes estructuras son los que publicaran Harbach y Knight (1980, 1981) para adultos e inmaduros y la de alas de Anopheles de Wilkerson y Peyton (1990). El uso de claves dicotómicas que suelen incluirse en literatura especializada es el método que se utiliza con el fin de identificar un individuo, es decir, asignarlo a una especie conocida; sin embargo, es aconsejable consultar obras con descripciones originales o revisiones de las especies en razón de que las claves no pueden contemplar todos los caracteres.