Lo esencialmente singular sostiene una característica: lo disparatado.
Eso disparatado e íntimo a la vez, no hace par. Es más bien dispar respecto a cualquier paralelismo o comparación posible; y en medio de los disparates singulares, los llamados padecimientos subjetivos escapan a lo que el sistema de salud pretende encausar y etiquetar a favor de cierto dominio. La época está atravesada por esta modalidad.