Este trabajo de Zangara (o esta reunión de trabajos) recorre la idea de lo clásico remando en un barco en el que el deporte –pasión de Zangara– corrobora, una vez más, que es un pasaporte posible para decodificar bastante humanidad. Zangara indaga y piensa sobre fútbol y sobre boxeo, sobre toros y sobre personas. Pero, en especial, indaga y piensa sobre otro once potente que le permite retratar la cancha de sociedades que fueron y de sociedades que son. Ahí van esos once (once que podrían ser más): los mitos, los héroes, la épica, lo sagrado, el primitivismo, la eternidad, la naturalización, lo sobrenatural, la carnalidad, la civilización y (para completar un binomio de amplias resonancias argentinas) la barbarie.
(del prólogo de Ariel Scher)