Teherán está dividida en dos por un eje horizontal. La ciudad rica, en medio de enormes obras y autopistas en contribución, trepa suavemente sobre los lados de las montañas; va hacia la frescura, las villas con sus jardines están cerradas por altos muros y puertas de metal macizo. Al sur están el bazar, el viejo centro de la ciudad y las afueras pobres. En la periferia, los barrios muy bajos se pierden en la vista confundiéndose con el polvo y la planicie. Un poco más lejos, la ciudad baja con enormes excavaciones que atraviesan el curso de los siglos desde donde se sacó la arcilla con la que se construyó Teherán.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)