En la historia política argentina del siglo XX han coexistido y rivalizado distintas formas de representación de grupos de la sociedad civil en y ante el Estado. Waldo Ansaldi considera que la debilidad de nuestro sistema reside en el predominio de formas de representación corporativa (expresada en la representación de intereses a través de sindicatos, cámaras empresarias, Fuerzas Armadas y de Seguridad, y de la Iglesia Católica) sobre las formas de representación partidaria, que presupone más acordes con el desarrollo de una democracia pluralista. La alternancia de gobiernos dictatoriales y democracias débiles o restringidas respondería a esta configuración del sistema.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)