La crisis del neoliberalismo ha sido una característica distintiva del nacimiento del nuevo siglo latinoamericano. Con disímiles temporalidades, esta crisis fue tomando lugar en diferentes países de la región, lo cual nos permite hablar de un cambio de época a nivel continental. Argentina no fue la excepción. Luego de la consolidación de un proceso de reestructuración regresiva que comienza a fines de los años ochenta del siglo pasado, el proyecto político-económico neoliberal –impulsado por los grandes capitales nacionales y transnacionales– terminó en la crisis orgánica más profunda de la historia económica. Precisamente, desde esa crisis comienzan a configurarse los aspectos económicos y políticos que dan lugar a un nuevo modo de desarrollo que podemos llamar post-neoliberal, para dar cuenta de las continuidades y rupturas con la situación pre-crisis.
Sin duda, uno de los puntos que resulta necesario discutir acerca del nuevo modo de desarrollo en Argentina, refiere a cuáles son las características que toma la recomposición económica de las clases subalternas y, al mismo tiempo, cuáles son los fundamentos económicos de esta recomposición. Luego de la crisis de 1998-2001, la economía argentina transitó varios años de crecimiento sostenido y presentó una mejora relativa en la mayor parte de los indicadores laborales: incrementos del empleo, aumentos de la proporción de trabajadores registrados, reducción de la fuerza de trabajo subutilizada, caída de la desigualdad salarial, entre otros aspectos relevantes.
Estos indicadores, sin embargo, comienzan a estancarse hacia el año 2007, lo cual nos permite inferir un cierto carácter cíclico de la recomposición subalterna (López, 2014).
En este marco, en el trabajo puntualizamos sobre una de las cuestiones relevantes en cuanto a los procesos de recomposición subalterna:
la presencia de una fuerte desigualdad salarial entre diversas ramas de actividad. El objetivo que nos proponemos aquí es analizar los fundamentos de estas disparidades salariales entre ramas, en el marco del nuevo modo de desarrollo argentino en el período 2003- 2012. El problema que nos interesa es ampliamente estudiado.
Sin embargo, la mayoría de las explicaciones acerca de la desigualdad salarial prestan principal atención a las características individuales de los trabajadores y las problemáticas vinculadas con la oferta de fuerza de trabajo. En su lugar, proponemos un enfoque centrado en la demanda de fuerza de trabajo desde una lectura donde la competencia capitalista es un proceso turbulento y dinámico en el que cada empresa intenta ganar una porción creciente de la riqueza social, en línea a los señalamientos de Botwinick (1993).