Ambos autores responden a una teoría histórica del arte, donde el contexto cultural y el resultado de las relaciones del entorno son las que posibilitan el Arte. Que transmute en arte, según palabras de Danto, o se le confiera el status para apreciación, según Dickie.
Estos autores plantean una teoría donde ser obra de arte no está, por lo tanto, en el objeto, sino que es el resultado del entorno en el cual el objeto se encuentra. Esto indica un concepto de arte que puede cambiar con el tiempo. Permite una dinámica histórica en el sistema artístico donde los componentes del mismo no están aislados unos de los otros sino que se implican y necesitan mutuamente. En vez de excluir el arte contemporáneo por no poder encuadrarlo dentro de las teorías clásicas de producción y recepción, se entienden las obras de arte como expresiones culturales, valorando así, los diferentes momentos de la historia humana. Se alejan, por lo tanto, de las características inherentes al objeto que constituye lo artístico, corriéndose de los juicios de valor.