La actividad agrícola-ganadera tuvo en los cincuenta años que median entre 1880 y 1930 su etapa de florecimiento. Fueron años pródigos durante los cuales prácticamente todos los sectores de la actividad nacional marcharon al ritmo impuesto por los trastornos de la economía rural; años de riqueza recordados con nostalgia por quienes creen posible su reedición. Fueron también los tiempos en que se formaron y consolidaron todos los anacronismos presentes. En las páginas que siguen nos proponemos esbozar los lineamientos más generales del desenvolvimiento de la agricultura y de la ganadería puntualizando algunas de sus causas y destacando de entre las innumerables consecuencias resultantes, aquellas que estimamos más relevantes. Así, en el primer capítulo —Agricultura— analizaremos la producción de cereales, los volúmenes exportados y las causas y consecuencias del desarrollo agrícola. Y en el segundo —Ganadería—-, reseñaremos los cambios operados por esta actividad, sin duda de mayor significación que los ocurridos en el desarrollo de nuestra agricultura.