Si diseñáramos un modelo estructural de la realidad argentina en el que tuvieran cabida por igual las invariantes básicas, los fenómenos acontecimentales y las reflexiones manifiestas que apuntan a la totalidad, no sería dudoso que en el primer siglo posterior a la independencia éste modelo contara con una vigorosa bipartición: Buenos Aires/interior. Estos tres niveles —las invariantes, los hechos, la teoría— no pueden imaginarse, desde luego, de otro modo que en un envolvimiento recíproco en virtud del cual las invariantes son tales a causa de la poderosa estructuración que le viene de los otros dos niveles, a los cuales, a su vez, ellas condicionan. Llamo invariantes al predominio no abolido de un puerto, de una aduana, de un poder económico, de un poder político, de un foro cultural, determinaciones todas que constituyen esa realidad sintética que es Buenos Aires, y que lo es en la medida en que sobre ella cabalga el efecto de dominación de las distintas metrópolis sobre el conjunto del país. Este nivel es determinante en cuanto los acontecimientos relevantes para la historia nacional del período, encuentran su inteligibilidad última al ser referidos a las dos alternativas en juego: su consolidación o su abolición. Desde el punto de vista de los acontecimientos, éstos aparecen como las acciones y prácticas sociales surgidas a partir de la facticidad de las invariantes de estructura, que tienden (consciente o inconscientemente) a convalidarlas o a disolverlas. Las guerras de las provincias contra Buenos Aires, los programas de acción del gobierno bonaerense, los fines y medios de la Confederación y toda una constelación de hechos menos globales no tienden sino a la reafirmación de la fuerza de las cosas (predominio, en múltiples niveles, de Buenos Aires) o, por el contrario, a su erosión. A estos acontecimientos, a esta estructura, están referidas todas las expresiones teóricas de escritores, pensadores y estadistas que han tematizado la realidad argentina. También ellas arrancan de una situación básica que puede o no estar presente en el centro de su reflexión pero que indiscutiblemente aparecerá en algún plano interno a su discurso, si éste es analizado suficientemente.