El mundo actual se caracteriza por la celeridad de los cambios y el constante y permanente avance de los conocimientos, que exigen del individuo el desarrollo de habilidades y disposiciones que le permitan y faciliten una rápida adaptación a los mismos.
La educación actual enfrenta el reto de preparar al sujeto para que pueda afrontar exitosamente el constante cambio. Esto requiere no sólo modificaciones auriculares sino también un cambio en las concepciones de la inteligencia y su modo de operar.
La enseñanza en general está más centrada en la transmisión de conocimientos que en el «aprender a aprender».
Los programas de intervención cognitiva constituyen intentos sistemáticos para enseñar a pensar, que se fundamentan en la convicción de que las habilidades intelectuales pueden aprenderse y mejorarse.
Justifica la aplicación de estos programas en la escuela, el hecho de que la gran mayoría de los estudiantes no reciben enseñanza directa y sistemática en las habilidades cognitivas, dificultándose el desarrollo y utilización de sus potencialidades.
En nuestro medio se han aplicado aspectos seleccionados del Programa de Enriquecimiento Instrumental (PEI) a alumnos de 12 años de edad. Esto constituyó una instancia de intervención orientada a movilizar la capacidad para «aprender a aprender», identificar las propias dificultades en la resolución de problemas y encontrar estrategias para superarlas.
Antes de considerar las características específicas de la experiencia se realizará una breve referencia a los aspectos teóricos en que se fundamenta el Programa de Enriquecimiento Instrumental y sus características.