Aunque en este breve artículo nos referiremos especialmente a la manera en que la Ley Federal de Educación contempla la evaluación de la calidad educativa, es imposible abordar en abstracto esas cuestiones predominantemente técnicas, sin antes hacer algunos comentarios sobre lo que parece ser el espíritu del citado instrumento legal, al menos en la forma que se trasunta a través de las decisiones político-administrativas y técnico-pedagógicas adoptadas por quienes tienen a su cargo la implementación de la Ley