En nuestro país es común, entre los profesionales de la especialidad, caracterizar a la educación física como una disciplina en crisis.
Sin embargo, la crisis suele explicarse como el destilado de otra mayor, local o regional, de carácter estructural y génesis socio-económica y política. Las explicaciones remiten, muy frecuentemente, al subdesanrollo, a nuestra idiosincrasia, a la quiebra del sistema de educación general, a la sucesión de malas -o a la falta de políticas para el sector, a la ignorancia de los reales valores de la educación física por la comunidad y la comunidad educativa, etc.
Estos factores de crisis indudablemente existen y un estudio más profundo de ellos será necesario si se quieren averiguar sus verdaderos efectos sobre la práctica de la educación física formal y no formal pero, a nuestro propósito, es indispensable entender que la crisis de la educación física es, esencialmente, de índole conceptual y metodológica, y que no es un fenómeno puramente local o regional sino que opera en toda la línea de la educación física mundial.