En la tarea de reelaborar y sintetizar los fundamentos de nuestra metodología de trabajo, nos encontramos con el camino recorrido a lo largo de ocho años a cargo de la Cátedra de Psicología Evolutiva 11 de la Carrera de Psicología de la U.N.L.P..
Difícil ahora es transmitir esta experiencia. Sabemos que hará falta tomar distancia para poder teorizar, que inevitablemente se perderá el calor de las discusiones, los amores y odios que suscita una tarea comprometida realizada con pasión y que el resultado será siempre una «otra cosa».
En este recorrido nos encontramos con un primer obstáculo que nos inquieta. Estar insertos en la mitad de la Carrera de Psicología, con el compromiso de contribuir a la formación de futuros Psicólogos, en una infraestructura inhóspita y con una matrícula anual que oscila alrededor de 350 alumnos.
¿Cómo compatibilizar la necesidad de formación* de transmisión de los instrumentos básicos que permitan pensar acerca de ‘otros’ sujetos y a la vez posibilitar el pensarse, en lo que parece constituirse en un «grupo masivo»?.
El criterio de masividad en la enseñanza, no debe relacionarse sólo con la cantidad, aunque esta entra en juego. Dice Rosa Jaitin acerca de una investigación realizada en la U.B.A.1: «El aprendizaje en grupos masivos produce en los sujetos, trastornos de identidad, provocando alteraciones en la representación espacio- temporal».
El objeto de estudio de cada disciplina científica, genera dispositivos que alteran y/o promueven el desarrollo de sistemas representacionales »...»La masividad, no se refiere al crecimiento de la matrícula como tal, sino a sus consecuencias sobre el sistema educativo y sobre las relaciones entre Universidad y sociedad... Básicamente se refiere a una estructura de relación anónima e indiferenciada, que puede presentarse aún en ¡os pequeños grupos de aprendizaje. El factor numérico coopera como una lente de aumento que permite observar la estructura de relación de los sujetos entre sí y con el objeto de conocimiento».2 Esta relación anónima e indiferenciada, parece tener que ver con una ausencia de investimiento de los sujetos entre sí y de éstos con la tarea común a realizar, que les permita un sentimiento de cierta pertenencia, contenedor y estimulante a la vez.
Nuestro deseo de no caer en esta «masividad» nos lleva a revisar conceptos de enseñanza - aprendizaje - formación, teniendo en cuenta la particularidad del objeto de conocimiento de la Carrera de Psicología, y en especial que en nuestra materia los alumnos no sólo abordan procesos generales sobre la estructura psíquica sino que tienen que pensarlos en una perspectiva temporal en la que ellos mismos están implicados: adolescencia; familia; formación de la pareja; vejez.
Nos preguntamos entonces: ¿Qué es enseñar?.