A evolución de la pintura desde la Antigüedad hasta nuestros días muestra la alternancia entre dos extremos ideales: símbolo e imagen. Son dos modos de concepción de la realidad puestos de manifiesto con aquellos medios expresivos y constructivos que son propios de la pintura, es decir, el espacio y el tiempo. Puede resultar curioso que se sostenga que los medios de elaboración de la pintura sean el espacio y el tiempo, cuando se supone más bien que lo sean la línea, el color, la textura, el medio, etc. Pero podemos comprender que también detectamos líneas en todos aquellos sectores" de la naturaleza que se sometan a la abstracción; que nuestro mundo perceptivo es coloreado y que cada materia posee una peculiar calidad y forma. Es por ello que las investigaciones formales de la pintura encaran no lo que sean esas masas, líneas, colores y formas en sí, sino lo que hace el artista con ellos. Observemos que cualquiera sea el modo de organizar esas formas ellas generan un espacio, el cual supone implícita o explícitamente un tiempo.