Nuestra disciplina enseñada desde hace muchas décadas en las universidades argentinas ha dilatado el campo del Derecho, vinculándolo estrechamente con la psicología, la economía política y la higiene social, para penetrar así en aspectos de la vida individual y colectiva, insospechados por el viejo derecho. La primera cátedra de Derecho del Trabajo que fundé en 1916 —ha transcurrido casi medio siglo— se desenvolvió dentro de un programa que no correspondía exactamente a simples exposiciones jurídicas, sino al estudio sistematizado del proceso histórico del trabajo y de los fundamentos económicos de las prescripciones que en gran parte obtuve en el Parlamento después de grandes debates en que representaba a la clase trabajadora frente a los voceros de los organismos industriales privados y estatales.