La Colangiopancreatografía Retrograda Endoscópica (CPRE) es un método invasivo para el tratamiento de las afecciones de la vía biliar. Puede ser muy beneficiosa pero con serias complicaciones, siendo la pancreatitis aguda post-CPRE (PAP) la más frecuente. Predecirla tiene implicancias clínicas y legales. Los aumentos asintomáticos de enzimas pancreáticas luego de una CPRE son comunes hasta el 70% de los casos. En cambio, la PAP se estima en alrededor del 2 al 8% en distintas publicaciones. Una revisión sistemática de 21 estudios prospectivos que incluyen 16.855 pacientes, informa una incidencia de PAP del 3,5% de las cuales un 11% son PAP severas con una mortalidad del 3%. Debido a que en muchas instituciones la CPRE se lleva a cabo en pacientes ambulatorios, el reconocimiento temprano de pacientes con predictores altos para PAP sería el ideal para un enfoque terapéutico temprano y por otro lado para evitar una hospitalización innecesaria.
En un estudio realizado en el hospital El Cruce sobre un total de 734 CPRE efectuadas en un período de dos años, se registraron quince PAP (2% de las CPRE realizadas). Una internación por “prevención” sin un correcto diagnóstico, incrementa los costos en salud y la innecesaria utilización de recursos. Por otra parte, el subdiagnóstico y eventual alta ante un caso aún no expreso de PAP impide el tratamiento oportuno con aumento de la morbimortalidad. El objetivo de este trabajo fue determinar si elevaciones por encima de tres veces del valor de referencia de amilasa y lipasa a las dos y cuatro horas posteriores a la CPRE pueden predecir pancreatitis.