El artículo aborda el modo en el que en torno a la implementación de programas de documentación para migrantes y a la posibilidad del acceso de las personas a los "papeles” se constituyen procesos políticos que transforman el lugar de los/as arribados/as en la sociedad de destino, focalizando en el caso de la migración boliviana a la ciudad de La Plata. De esta manera, indagamos en una dinámica en la que agencias consulares e instituciones sociales, sindicales y partidarias locales situaron a los/as migrantes como actores relevantes en el marco de sus objetivos y fueron parte del desarrollo de procesos de movilización y elaboración de demandas novedosas.
Se busca sostener, entonces, dos argumentos: en primer lugar que los documentos de identidad -y las políticas destinadas a facilitar su tramitación- pueden ser objetos con una productividad política mucho más compleja que la restringida a la vigilancia y el control. Y, en sintonía, frente a los discursos que señalan que los programas de regularización operan como una forma de continuidad de lógicas securitarias, apostamos a demostrar que junto con la Ley 25.871 formaron parte inescindible de una dinámica de posicionamiento ciudadano de las personas bolivianas que impacta en diferentes aspectos de sus vidas.