El trabajo aborda las tensiones que atraviesa la Asignación Universal por Hijo, cuyas características impiden considerarla un programa de transferencia de dinero condicionado como el aplicado en otros países de América Latina pero también encuadrarla dentro de un Ingreso Ciudadano Universal.
Dicha tensión expresa diferentes enfoques sobre sectores vulnerables: la protección de derechos por parte del Estado y de transferencia de responsabilidad sobre los mismos.
A partir del trabajo realizado a mujeres de hogares con Asignación Universal por Hijo sobre las estrategias de reproducción familiar de los hogares y su forma de vivirlo se pretende aportar a la reflexión dicha situación.
Para este estudio se realizó un abordaje cualitativo a través de entrevistas grupales y personales en profundidad, sobre la alimentación y las prácticas cotidianas del hogar y las representaciones sociales que atraviesan a estas mujeres.
Se observa una mujer con importantes deficiencias alimentarias pero con una constante preocupación por el hogar, y principalmente por los niños, por encima de ella misma. Esta situación se acompaña a su vez, por la feminización de la responsabilidad, muchas veces instituida y reproducida por cada discurso o interlocutor del Estado que señala a la mujer como madre, considerando legítima su exclusividad en este rol, y su responsabilidad en el bienestar de los hijos. A su vez, se identifica una reducción de vínculos y redes de contención con la comunidad y con agentes del Estado que se resumen como una individualización de la protección, redundando en una doble soledad en la responsabilidad de la mujer: en el interior del hogar, y en las relaciones con la comunidad y el Estado.