Tanto en Estados Unidos como en España, la escasez de mano de obra local dispuesta a aceptar las condiciones sociolaborales imperantes en la agricultura, unida a la dificultad de inspeccionar y regular un sector donde la movilidad de trabajadores es constante, ha conducido a que la agricultura sea la actividad donde encuentran empleo más fácilmente los trabajadores migrantes indocumentados. En Estados Unidos la demanda de empleo en la agricultura ha venido siendo cubierta principalmente por trabajadores mexicanos; mientras, en España, los jornaleros procedentes de Marruecos constituyen el colectivo de inmigrantes con mayor presencia en el sector agrario. Este artículo, fundamentado en una metodología cualitativa, analiza, por una parte, la situación socio-laboral de los inmigrantes procedentes de Marruecos en la agricultura de Andalucía, región situada en el sur de España. Por otra parte, examina la situación de los jornaleros de Tamaulipas, región situada en el noreste de México, empleados de forma estacional en el sector agrario estadounidense