El arado, como todas las máquinas, transforma la energía motriz recibida en trabajo útil o trabajo agrícola: los ensayos permiten valorar estas dos formas de energía y el cociente dará el rendimiento mecánico; valor primordial para juzgar la labor efectuada por la máquina y su eficiencia.
Este rendimiento tiene un valor práctico por dar a conocer, con una noción exacta, la cantidad de energía consumida en el trabajo agrícola, y, permite además, la comparación con el rendimiento de los distintos tipos de arados entre sí y con los rendimientos de las otras máquinas utilizadas en el cultivo hasta llegar a la cosecha del producto.
Si hiciéramos un análisis del trabajo total absorbido en las faenas agrícolas, desde la rotulación hasta la cosecha, veríamos que aquélla tiene una proporción tan elevada que supera holgadamente la suma de todos los trabajos desde las labores complementarias hasta las de recolección.