Es habitual en la consulta médica cardiológica que frente a un paciente añoso con determinadas situaciones asociadas1, el estudio solicitado habitualmente sea con apremio farmacológico y no con la modalidad de ejercicio que es más fisiológica y con menos complicaciones, no existiendo herramientas clasificadoras o de discriminación en la consulta, más allá de la lógica o coherencia del criterio del médico tratante, que permitan saber qué paciente, con seguridad y factibilidad, podrá completar un estudio de ejercicio vs un estudio farmacológico.
Existen numerosas publicaciones sobre la seguridad del ecocardiograma de estrés, tanto en sus modalidades de ejercicio como farmacológicas siendo la edad de los pacientes incluidos en estas revisiones y meta-análisis, de unos 60 años aproximadamente, con escasas publicaciones en pacientes mayores a los 75 años.
El gran crecimiento de la población añosa, y las razones mencionadas nos motivan a abordar la seguridad y factibilidad del ecocardiograma de estrés en su modalidad de ejercicio en los pacientes de 75 años de edad o más.