Grandes y sorprendentes han sido los adelantos de la última década en la hibridación y mejoramiento de las rosas. En Norte-América la producción se ha desarrollado tanto que ya montan á mis de mil hectáreas los jardines con techados de vidrio. Como el cultivo á la descubierta es de corta duración allí, es preciso producirlas en invernáculos. Estos faciittan graduar la temperatura y mantener una producción constante. Lo caprichoso que es hoy el público con respecto á colores, forma y tamaño de las rosas, constituye poderoso incentivo en la producción de nuevos ejemplares. Anteriormente no era lucrativo cultivar rosas sencillas que no fuesen bien duras y cerradas, pero hoy se ven muchas variedades de las entreabiertas, así como ciertos ejemplares sencillos, con pétalos resistentes, por supuesto, y aunque á cada estación obsérvanse nuevos diseños, no todas se adoptan permanentemente.