La crisis que atravesamos a escala mundial y que hace eclosión con la pandemia es de dimensiones difíciles de asimilar, sobre todo en los sectores más vulnerables de la sociedad. Es evidente que la pandemia no ha generado la crisis, sino que ha acelerado la manifestación de neoliberalismo en su forma más mortífera sobre cuerpos concretos, incrementando los niveles de desigualdad, arrasando con niveles de trabajos tanto formales como informales, recrudeciendo la dependencia y la invisivilizacion del trabajo reproductivo en el hogar y en los espacios comunitarios. Este punto no supone una novedad. Por eso, es central que nos preguntemos: ¿Cómo resuelven los cuidados en contexto de pandemia? ¿Cómo se vive la cuarentena en las economías populares? ¿Cuál es el rol del Estado en la provisión de servicios sociales? ¿Qué sería de la pandemia sin la previa politización de los cuidados, sin la militancia por el reconocimiento de las tareas de reproducción en el ámbito doméstico, sin la denuncia del endeudamiento tanto público como privado?