Los conocimientos de la microbiología del suelo que se han venido acumulando después de la época pasteuriana, han permitido llegar a conocer algunas de las funciones del sistema edafobiológico del suelo e interpretar ciertas acciones especificas en los fenómenos que ocurren en la evolución de la materia.
Winogradsky con sus primeros estudios que datan del año 1889 y sus últimos trabajos desde el año 1925 hasta la fecha, podemos decir que ha inaugurado una nueva época en esta rama poco cultivada de la Microbiología, dándole un impulso que podrá ser el principio del verdadero conocimiento de ese micromundo del suelo, en especial del suelo agrícola.
Los medios de cultivo artificiales, no permiten aún identificar completamente la verdadera microflora del suelo, debido a que muchos gérmenes no encuentran el medio favorable de vida, no manifestándose por lo tanto en los cultivos de laboratorio.
Esto es en realidad lo que impide el conocimiento de algunas formas microbianas que viven en ese habitat, desempeñando un rol no conocido y a cuyo estudio se dedican ya en todas partes del mundo una cantidad de investigadores.
El elemento suelo es el más rico y variado en población microbiana, debido al ciclo biológico fatal de la materia que en él se realiza, en cuya transformación toman parte activa la microflora y microfauna que lo compone. Su estudio merece un capítulo aparte en la microbiología agrícola para llegar a conocer la función que cada uno de ellos desempeñan y poder con su ayuda obtener el máximo beneficio en nuestras tierras de cultivo.