El viejo aforismo que dice «cerdo limpio nunca engorda» con equivalentes en todos los idiomas conocidos, no es nada más que una exageración, porque la higiene animal nos prueba hasta la saciedad que el cerdo, como todos los demás animales objeto de explotación zootécnica, se cría mejor y más sano cuanto más esmerada ha sido su higiene bajo el punto de vista de la alimentación, habitación, etc. En el cerdo, más que en cualquier otro animal doméstico, debe cuidarse este punto de capital importancia para evitar la triquinosis, neumonías y otras mil enfermedades contagiosas o no, que se desarrollan especialmente en los cerdos criados en chiqueros inmundos o alimentados con inmundicias.