Los altos valores que consagraron a Alejandro Korn como arquetipo de la nacionalidad, los que definen su preclaro apostolado de humanista y filósofo, han sido exaltados por eminentes expositores al cumplirse, en 1960, el centenario de su nacimiento. Este acto tiene por objeto evocar su obra de alienista y se me ha encomendado la honrosa misión de reseñarla.