El protagonista de esta entrevista, Diego Sztulwark, es un politólogo cuyo derrotero ha sido esquivo a los claustros académicos. Su quehacer profesional ha jerarquizado el pensar y el hacer con otres. Los emprendimientos que empuja revisten ese carácter dialógico: medios alternativos como el portal Lobo Suelto, editoriales independientes como Tinta Limón, los diversos grupos de lectura sobre los más variados tópicos que coordina año a año. Un rasgo que también se traslada a su obra en un “pensar piojoso”, como él mismo recuerda que le señaló Ignacio Lewkowicz, en el que introduce autores y autoras construyendo textualidades corales desde las que emergen reflexiones de enorme singularidad. Ese quehacer intelectual encontró en el Colectivo Situaciones un laboratorio inigualable cuyo momento de irrupción está indisociablemente ligado al 2001. Esa experiencia, forjada desde un espacio multidisciplinar y en un vínculo estrecho con diversos movimientos sociales, dio forma a la práctica de la “investigación militante”. Un modo de construir conocimiento en el que se apela a la abolición de jerarquías y donde las categorías son forjadas a partir del intercambio con los mismos sujetos que protagonizan un momento histórico. Un quehacer investigativo que reactualiza las metodologías para una ciencia social “desde abajo”.
Ese acervo intelectual y vital subyace también en el último libro de Sztulwark, La ofensiva sensible. Neoliberalismo, populismo y el reverso de lo político (Caja Negra, 2018) sobre el que se centra esta entrevista. En diálogo con el dossier, nos pareció importante incluir esta conversación que toma como puntapié dicho libro porque allí el autor brinda un balance, desde la filosofía política, de la etapa que se abrió con la rebelión del 2001. Un libro que además tiene en sus trazos las marcas de una coyuntura específica, las del gobierno de Cambiemos y más específicamente, las del comienzo de su crisis. En el intenso intercambio que resultó ser esta entrevista, el 2001 aparece como la condensación de tiempos históricos, pretéritos y posteriores a ese año uno del siglo XXI. Allí se condensan las militancias de los ‘90 y los balances de los ´70, pero también hacia ese momento se dirigen las miradas de una generación que hoy protagoniza los debates en la arena pública. Las siguientes páginas llevarán entonces a un recorrido que se aparta de toda linealidad, y al que por sus tópicos decidimos dividir en dos subtítulos: “Subjetividades de la crisis” y “Citas generacionales”.