La concurrencia a elecciones gremiales y la participación en instancias reconocidas por el gobierno, provocó diferencias en la resistencia peronista, en relación a la participación o no en las instancias de legalidad que abría el régimen. Se abría así un debate dentro del peronismo, por el uso o no de medios legales, que se resuelve superando dicha oposición: comienza a aceptarse un cambio de táctica, que combina legalidad y violencia, conservándose el horizonte insurreccional.