No somos pocos quienes consideramos que los últimos veinticinco-treinta años del siglo XX generaron -amén de interesantes y estimulantes perspectivas analíticas y temáticas- macizas tendencias regresivas en el campo de la historiografía. Sintomáticamente, hay campos historiográficos nacionales -como el argentino- en los cuales las tendencias regresivas (una serie de abandonos: de la concepción de la historia como ciencia social; de los análisis globales o macro; de la teoría y los conceptos, por tanto, de la explicación; entre otros) han primado -y priman aún- sobre las positivas. Hay modas que se han difundido acríticamente, ratificando con harta evidencia empírica el aserto de Alan Knight: "La moda es una pobre guía hacia la verdad".
Afortunadamente, no han escaseado, y son cada día más, las voces y las acciones de reacción. Así, para limitarnos al espacio iberoamericano,dos formidables iniciativas -originadas en Galicia y Andalucía, en España, prontamente expandidas a Portugal y América Latina, sin mengua de otros espacios- se destacan por sus propuestas y acciones. Se trata de dos organizaciones internacionales: la Asociación Internacional Historia a Debate (HaD), la primera en el tiempo, y la Asociación Historia Actual (AHA).