Tomando como punto de partida el ya clásico estudio de Barrington Moore sobre los orígenes sociales de la democracia y la dictadura, López-Alves se pregunta si la aparición de estructuras estatales fuertes en el proceso de construcción institucional genera, a largo plazo, una tendencia difícilmente reversible hacia formas corporativas o Estado-céntricas de hacer política. y, si por lo contrario, podría sugerirse que un proceso más lento de centralización del poder hizo posible el desarrollo de estructuras institucionales más pluralistas