La noticia debe haber sorprendido a más de uno.
¿Eric Hobsbawm encarando una autobiografía? ¿El insobornable analista de la historia moderna contando su vida y desplazando así el foco del proceloso pasado económico y social a su vida privada? Pero, una vez más, el autor de esa magnífica serie sobre la modernidad que empezó con La era de la revolución 1789-1848 y concluyó con Historia del siglo XX nos muestra con refinada elocuencia que las cosas difícilmente son lo que parecen. Y la autobiografía se convierte así en un complejo tramado historiográfico, en el que habitan innumerables nombres propios, algunos famosos (estadistas, intelectuales, revolucionarios) y otros sacados a la luz por el inquisitivo Hobsbawm. Más que la confesión de errores y virtudes de una vida sin duda apasionante, llena de situaciones y relaciones humanas, la narración avanza de la memoria hacia la Historia, y en su amplio barrido revela el curso mismo del siglo XX.