El uso de criptoactivos como parte de esquemas criminales está aumentando y la aceptación de este medio de pago se está acelerando en todo el mundo sobre todo desde la aparición de la declaración de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el número total y el valor de las transacciones de criptoactivos relacionadas con actividades delictivas aún representan solo una parte limitada de la economía delictiva en comparación con el efectivo y otras formas de transacciones. No obstante lo dicho anteriormente, los criptoactivos se están convirtiendo lentamente en el método de pago preferido por los ciberdelincuentes por una variedad de razones pero sobre todo por la dificultad para rastrearlas, la falta de regulación consistente, los bajos costos de transacción, un factor determinante es la falta de intermediarios financieros y la facilidad en el uso de los criptoactivos.