En español
Este artículo analiza dos instancias procesales del caso NML Capital v. Republic of Argentina (2013-2014). En este caso, conocido como “el juicio del siglo”, los acreedores de deuda Argentina emitida bajo legislación estadounidense iniciaron acciones legales contra el país ante cortes federales del Estado de Nueva York. La forma en que NML fue resuelto demuestra que, para ejecutar sus sentencias, las cortes de estadounidenses pueden restar importancia a derechos constitucionales como el debido proceso y el derecho de defensa en pos de asegurar el efectivo cumplimiento de lo ordenado. Como si el fin de ejecutar la decisión se pudiera imponer sobre los medios a emplear. En particular, el análisis se enfoca en dos etapas del caso, posteriores a la sentencia definitiva que condenó a Argentina a pagarle a los fondos buitre. Analiza si las cortes de EE.UU. tienen jurisdicción para emitir (1) una orden de discovery para identificar bienes argentinos radicados fuera de EE.UU y (2) una orden de hacer de carácter permanente que obligue al país a pagar de igual forma a los acreedores que aceptaron la reestructuración de la deuda y a los que no lo hicieron. También analiza la estrategia que implementó el Juez Thomas Griesa para forzar a la Argentina a cumplir con sus sentencias definitivas. Luego de NML v. Argentina, la Suprema Corte de Justicia estadounidense cambió el criterio en materia de jurisdicción contra extranjeros.
Gracias a este nuevo criterio, se redujeron sustancialmente las herramientas que las cortes de primera instancia utilizaban para coaccionar a países juzgados a cumplir con sus sentencias definitivas. Este cambio dejó aún más en evidencia que las controversias sobre deuda soberana requieren de un marco normativo y fuero internacional específico para ser resueltas.
En inglés
This article analyzes two instances of NML Capital v. Republic of Argentina (2013-2014). In this case, widely known as “the trial of the century,” Argentina’s sovereign debt creditors sued the country before New York District courts. NML shows that, when it comes to enforcing their merit decisions, US courts may rest importance on constitutional rights such as due process and the right to defense to ensure effective compliance with their rulings. Like if ends could triumph over means. Mainly, the analysis focuses on two instances after the District adjudicated against Argentina by recognizing the vulture fund’s credits. It examines whether the US courts have jurisdiction to issue (1) a post-judgment discovery in aid of execution to target Argentinian assets located outside the US and (2) a permanent injunction to force the country to decide whether to pay to all of its creditors or none of them. The article also analyzes Judge Thomas Griesa’s strategy to force Argentina to comply with its merit decisions by extending its jurisdiction against foreign companies that were not part of the controversy. Fortunately, after NML v. Argentina, the US Supreme Court modified the criterion on how District courts should assert personal jurisdiction over foreigners. This new perspective dramatically diminished the scope of district courts to force sovereign nations to comply with their rulings. Moreover, it also left it even more evident that sovereign debt litigation requires a specific international legal framework and jurisdiction.