Desde los primeros meses de 2020 en el mundo se vive una situación sanitaria excepcional por el COVID-19, con medidas de aislamiento social y de seguridad en salud en nuestras poblaciones. Este acontecimiento ha motivado el cierre masivo y completo de las aulas de todos los niveles educativos, en casi todos los países y exigió un rápido pasaje a la virtualidad.
Este proceso educativo ha producido que algunas planificaciones educativas en línea transitorias se volvieran permanentes en los últimos meses, obligaron a reformular propuestas educativas y mostraron la capacidad de adaptación de los sistemas educativos a través modalidades que tienen ciertas similitudes a la educación en el hogar o homeschooling, pero sin perder el contacto con el grupo de compañeros y docentes. Además, han posibilitado el despliegue de muchas estrategias innovadoras en los equipos de profesores que no se utilizaban de modo masivo en las aulas, como es el caso de las videoconferencias con Zoom, el uso de redes sociales como Facebook, Instagram o Youtube y de mensajerías en educación como Telegram, o incluso de plataformas y servicios educativos en línea y gestores de aprendizaje como los Proyectos de Wikimedia, Google Classroom, Meet y herramientas colaborativas, Edmodo y Moodle.