Según nuestra experiencia y lo expresado a esta Comunidad por una serie de miembros, existen dos razones principales por las que muchas personas se sienten inseguras o incómodas ante una clase virtual: el desconocimiento o escasa comprensión de la metodología de trabajo y la distancia física. En general, es este es el verdadero motivo por el que, como se ha vuelto común oír, hay estudiantes que “no quieren estudiar”. Lo que en realidad les sucede es que sienten que trabajan en soledad, sin la ayuda necesaria, aun en los casos en los que tienen la posibilidad de hacer consultas a sus docentes. Además, muchas personas se sienten expuestas cuando deben mostrar la propia imagen en una videoconferencia o socializar ideas por escrito. Son todas reacciones lógicas y ya conocidas por quienes damos cursos virtuales, que es fundamental comprender y tratar de evitar.
Una de las principales herramientas con las que contamos para remediar este tipo de situaciones es, como ya afirmamos anteriormente, la comunicación clara de toda la información necesaria para que nadie trabaje o estudie sintiendo que le falta apoyo o que debe adivinar cómo hacer lo que no se ha explicado con claridad, porque no sabe si puede preguntar, o cómo hacerlo. Es preciso explicar todo lo que se explica en la presencialidad, y aún más.